domingo, 1 de enero de 2012

Cambios

A veces pasamos por alto muchas cosas que creemos que nos merecemos, porque nuestra autoestima está baja y nos acostumbramos a las definiciones y al mal trato; y una forma de defenderse es ocultárselo a uno mismo ignorándolo.
Toda esa acumulación de emociones se convierte en resentimiento que a la vez atrae más y más cosas negativas.
La única salida rápida y segura es el perdón a uno mismo y a los demás y la renuncia a la necesidad de las personas generadoras de esas emociones.
Renunciar a la necesidad no significa erradicarlas de nuestra vida, sino transformarlas en personas que no tienen más influencia sobre nosotros; porque la base de los problemas las creamos nosotros mismos con nuestra forma de pensar y de actuar.
Cambiar empieza con la intención, o sea, estando dispuesto a hacerlo. La intención es todo, porque es la que determina la conducta. No importa tanto saber qué es lo que tenemos que hacer, sino tener la intención de hacerlo.
La mente actúa según lo deseamos, porque no es ella la que nos controla sino que somos nosotros los que elegimos los pensamientos y nuestra manera de pensar.
Si prestamos atención nos podemos dar cuenta, en un momento dado, que si nos desprendemos de los viejos pensamientos y de las preocupaciones del futuro en ese preciso instante tendremos la oportunidad de experimentar la verdadera felicidad.
Podemos empezar en este mismo momento aflojando todo el cuerpo, relajándonos y renunciando a toda emoción negativa, para recuperar así la paz con nosotros mismos y con la vida, porque definitivamente sólo en el ahora estamos seguros y a salvo.
El presente es lo único que se puede cambiar, porque el pasado es inmodificable y el futuro una ilusión.
Disfrutemos hoy y despreocupémonos de todo lo viejo que nos ha llevado a adquirir hábitos que nos esclavizan.
Despojemos a los recuerdos de su carga afectiva, porque son solo recuerdos y no significan nada, porque aquí y ahora pueden suceder otras cosas diferentes.
El perdón soluciona casi todos los problemas y es el mejor modo de liberarse, porque disuelve el resentimiento y la necesidad de venganza.

1 comentario:

  1. "Despojemos a los recuerdos de su carga afectiva, porque son solo recuerdos y no significan nada, porque aquí y ahora pueden suceder otras cosas diferentes"
    Entra un poco de miedo al descubrir que esto es cierto, aunque siempre queda la esperanza de que esos mismos recuerdos te lleven a vivir en el presente otros de un futuro tal vez lejano..

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